Un elemento indispensable de cualquier proceso de sostenibilidad es que las instituciones evolucionen conforme lo hacen la tecnología y las estrategias de las empresas. Las instituciones deben ser eficaces en cumplir con sus mandato, sea éste de naturaleza económica, social o ambiental. Para que la sostenibilidad sea posible, debe prevalecer un ambiente de confianza, propiciado por altos niveles de transparencia y estabilidad jurídica
Sin instituciones fuertes pero adaptables y sin un contrato social robusto, la sostenibilidad se pone en riesgo.

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